Sunday, December 31, 2006

 

Pronto un nuevo santo


Fernando Sebastián, arzobispo de Pamplona escribe sobre la próxima canonización del Beato Josemaría.


( Diario de Navarra, 23.XII.2001)











En Pamplona hemos recibido con alegría la noticia de que el Santo Padre ha firmado el decreto por el que se reconoce la existencia de un milagro atribuido a la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Una vez superada esta exigencia, que es rigurosamente comprobada por varios tribunales de peritos, el Santo Padre, en un Consistorio Público, fijará la fecha de la canonización.

El Beato Josemaría estuvo varias veces en Pamplona, aquí desarrolló una de sus obras más importantes y queridas, la Universidad de Navarra, en la que se instruyen científica y profesionalmente con una clara y firme conciencia católica varios miles de estudiantes. Al amparo de la Universidad han crecido instituciones importantes como la Clínica Universitaria, de reconocido prestigio internacional.

Más importante que todo esto es el gran número de fieles cristianos de nuestra Iglesia de Navarra que viven su vida cristiana con la ayuda de las enseñanzas del Beato Josemaría y la asistencia de la Prelatura del Opus Dei. Para ellos y todos los cristianos de Navarra la próxima canonización del Beato Escrivá de Balaguer será causa de gran alegría y de nuevo impulso para la santificación y el apostolado.

El acto de canonización de fiel cristiano tiene una importante significación para toda la Iglesia. El Santo Padre, en ejercicio de su ministerio universal y de su magisterio infalible, presenta la vida de un cristiano como fiel discípulo de Jesucristo, ejemplo valioso de santidad cristiana, digno de imitación y capaz de interceder por nosotros desde el Cielo.

El Beato Josemaría Escrivá de Balaguer recibió la misión de difundir algo tan sencillo y tan importante como la vocación universal de todos los cristianos a la santidad y la posibilidad de santificarse ejercitando heroicamente las virtudes teologales en las ocupaciones de la vida ordinaria, en la vida familiar y en el ejercicio de la vida profesional, todo ello guiado y transfigurado por la caridad cristiana.

Este mensaje es provechoso no sólo para los miembros de la Prelatura, sino para todos los cristianos que por los sacramentos del Bautismo y de la Confirmación han sido vinculados a Cristo y son enriquecidos por el don del Espíritu Santo. La sociedad necesita, ahora como siempre, cristianos fervorosos y heroicos que manifiesten la bondad de Dios y la hermosura de la humanidad redimida a ras de tierra, en una vida familiar santa, en el ejercicio desprendido y caritativo de la vida profesional y en el desarrollo de una convivencia social sustentada en la verdad y en el amor. De este modo, los cristianos están llamados a ser el oxígeno y la salud espiritual del mundo en que vivimos.

Es posible que con el Beato Josemaría sean también canonizados otros beatos, como el Padre Pío o el indio Juan Diego. Estas canonizaciones muestran la vitalidad de la Iglesia, la actualidad del Evangelio de Jesucristo, la acción poderosa del Espíritu de Dios en nuestro mundo. Todos estamos llamados a la santidad y al apostolado. Que el nuevo Santo nos aliente a todos a responder generosamente a las llamadas del Señor, viviendo santamente, en comunión con la Iglesia universal y local en la piedad y en el amor al prójimo. Esta buena noticia viene a enriquecer la Buena Noticia de la Navidad, fuente de alegría y esperanza para toda la Iglesia y para la humanidad entera.







Saturday, December 30, 2006

 

Profesores coherentes

Recientemente, el pleno del Tribunal Constitucional (TC) ha desestimado la petición de inconstitucionalidad de unos artículos del Acuerdo firmado entre el Estado español y el Vaticano en 1979, para designar los profesores de Religión y el contenido de esa asignatura. Esta decisión se produce cuando el Gobierno tiene previsto aprobar el Decreto que regula los profesores de Religión de la LOE, en unos términos que la Conferencia Episcopal considera contrarios al Acuerdo ahora refrendado por el TC.





El caso es una profesora de religión a quien las autoridades eclesiásticas no renovaron el contrato cinco veces consecutivas, por mantener una relación afectiva con un hombre que no era su marido. Rechazada su demanda en el juzgado pertinente, la docente recurrió al Tribunal Superior de Justicia que elevó el caso al TC para que determinara si los artículos del Acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales citados anteriormente se ajustan a la Carta Magna.

El TC expresa que "ha de corresponder a las confesiones la competencia para el juicio sobre la idoneidad de las personas que hayan de impartir la enseñanza de su respectivo credo". Indica que esta elección no tiene qué ceñirse a "los conocimientos dogmáticos o las aptitudes pedagógicas", sino que puede extenderse a la conducta de los profesores "en la medida en que el testimonio personal" supone "un componente definitorio de su credo", hasta el extremo de que es "determinante" para la docencia.

Añade que la capacidad de las autoridades eclesiásticas para elegir a las personas que impartan la docencia constituye una garantía de que no hay injerencias del Estado y señala que "la exigencia de la Declaración Eclesiástica de Idoneidad para poder impartir" la enseñanza religiosa en los centros "no puede estimarse irracional o arbitraria". Subraya que no es cuestionable que la enseñanza religiosa la impartan profesores elegidos por el Obispo.

La Constitución establece que el Estado es aconfesional, que los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad y mantendrán relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones. Esto es acorde con los convenios firmados entre la Iglesia y el Estado, cuyo carácter de tratado internacional vincula nuestro orden jurídico.

Siendo la asignatura de religión de naturaleza confesional, parece justo pedir a quienes la imparten una coherencia entre sus enseñanzas y su vida, dada la especial naturaleza de la disciplina. La Iglesia no obliga a nadie a ser profesor de religión. Exige a los candidatos unas aptitudes académicas y un estilo de vida, congruente con la fe. No es constitucional obligar a vivir virtuosamente y uno es libre para vivir como desee; y la Iglesia lo es para determinar las formas de vida que no son congruentes con el testimonio que requiere enseñar religión.

Y lo mismo ocurrirá con un profesor de la religión musulmana: no podrá comer ante sus alumnos unas lonchas de jamón con vino, negar que existe un único Dios y que Mahoma es su profeta o, si es mujer, presentarse a dar clase en short. Y así como la inspección de un instituto podrá sancionar al profesor de matemáticas que se dedique a enseñar literatura, el de religión católica tiene que explicar conforme al Credo católico y vivir de modo acorde a la fe de la Iglesia, que es quien le nombra y respalda su idoneidad.

Un supuesto progresismo polemiza de modo artificial para desprestigiar a la Iglesia,atacar convicciones que no coincidan con las suyas, con la pretensión de imponer a todos sus planteamientos. Cualquier motivo sirve para confundir (el TC ha tenido que redactar una nota aclaratoria) y promover un escándalo ficticio contra una institución que, sencillamente, exige a sus profesores unidad entre lo que enseñan y como viven. En ese contexto, las descalificaciones a los obispos de «talibanismo» y nacionalcatolicismo se caen por sí mismas.

Es lógico –ocurre en países como Alemania, Italia o Reino Unido- que no sea idóneo para enseñar religión católica quien se aparta en su conducta de la fe. Lo contrario es ilógico: no se puede ser una cosa y la contraria. Es sentido común. Nadie pide a un profesor de religión que sea cura, monja, o seglar sino que sea coherente: “enseñar con el ejemplo”. Pienso que no es necesario ir a tan alto tribunal para una verdad de Perogrullo.


Carlos Moreda de Lecea





Monday, December 11, 2006

 

Índice de artículos de Carlos Moreda de Lecea


Friday, December 08, 2006

 

Pluralidad en la educación

Poner en duda la coeducación, es decir, cuestionar las ventajas e inconvenientes de los colegios y clases compartidas por niños y niñas, conlleva, a menudo, ser considerado retrógrado o contrario a la democracia.

El pensamiento políticamente correcto anatematiza aquello que no encaja en sus dogmas. Y éste de la educación conjunta es uno de sus favoritos, a pesar de que padres y maestros comprueban a diario las notorias diferencias que, en determinados tramos de edad, sobre todo en la adolescencia, existen entre un niño y una niña, lo que obviamente repercute en la convivencia de los alumnos y en el rendimiento académico.

No estoy en contra de la educación mixta sino contra su consideración como un dogma intocable, en vez de ser una opción educativa más. Su objetivo, la igualdad entre los sexos, es razonable pero ¿ese es el camino que lleva a la igualdad? La educación exige adaptarse a las necesidades del educando. La separación de niños y niñas es un criterio pedagógico defendido por muchos expertos, con serios estudios, y tan rigurosos como los que se basan en la enseñanza mixta. Actualmente, muchas tendencias se están replanteando este dogma y aceptan algo evidente: niños y niñas son diferentes y, en consecuencia, precisan de una educación diferenciada.

Hay décadas de investigación en la neurociencia, en genética, en psicología que demuestran las diferencias entre el varón y la mujer en sus propia estructura cerebral; y explican cómo las diferencias entre los sexos, en sus aptitudes, formas de sentir, de trabajar, de reaccionar, “no son sólo por unos condicionamientos culturales, sino que son innatas” (Steven Rhoads).

Las diferencias entre chicos y chicas pertenecen al orden natural y biológico e inciden de forma directa en su desarrollo personal, emocional e intelectual. Está demostrado que ellas maduran biológica y psicológicamente antes que ellos “debido a las diferencias cerebrales que se dan, ya desde el seno materno, entre los diferentes sexos” (Hellen Fisher). La diferente temporalidad en la maduración de niños y niñas provoca a su vez diferencias palpables en el rendimiento académico de unos y otras. También son distintas la socialización y las capacidades en ellos y en ellas. Ignorar estas diferencias afecta a la igualdad de oportunidades e impide que niños y niñas desarrollen lo más posible las potencialidades propias de su género, según sus características psicológicas, somáticas y personales.

Recientemente, el Tribunal Supremo, ha confirmado que la enseñanza separada de niños y niñas no es discriminatoria por razón de sexo ni atenta contra el principio de igualdad de la Constitución. El pleito ante el Supremo fue llevado por una supuesta incompatibilidad entre la separación de los alumnos por sexo con los principios de la enseñanza concertada.

El Alto Tribunal confirma otras sentencias de los Tribunales Superiores de Andalucía, Asturias, Cataluña, Aragón, La Rioja, Castilla La Mancha y la Audiencia Nacional y sienta precedente jurisprudencial. El Supremo deja claro que la educación diferenciada no es discriminatoria y sí es abusivo denegar subvenciones a un centro por escolarizar sólo niños o sólo niñas. Tras los sucesivos varapalos conviene que los poderes públicos respeten la libertad de quien no piensa como ellos.

El Estado no debe sustituir a los padres en el derecho constitucional a educar a sus hijos según sus convicciones. En una sociedad cada vez más plural una opción educativa única no parece deseable. La educación diferenciada es una opción libre de cada familia, y el Estado no debe dar un único modelo educativo a toda la sociedad: igualdad no es uniformidad y la equidad es tratar de modo desigual a los desiguales.

Carlos Moreda Lecea





Wednesday, December 06, 2006

 

El poder de las palabras (sobre el matrimonio de homosexuales)

Cuando se habla del matrimonio entre homosexuales con frecuencia se intenta establecer una relación entre este tema y la libertad propia de la democracia, la no intervención del Estado en materia moral, el respeto a los derechos de una minoría discriminada, la no interferencia de unos ciudadanos en la vida privada de otros, el progreso y la tolerancia, etc.

(artículo del profesor Juan Ignacio Bañares)






En consecuencia, con sólo usar estas palabras, el que piensa de otra manera queda automáticamente descalificado como antidemócrata y opuesto a la libertad, defensor de la intervención del Estado en materia religiosa, discriminador de una minoría perseguida, fisgón y entrometido en la vida de los demás, rancio, opuesto al progreso e intolerante.

Cuando se habla del matrimonio de homosexuales se plantea como si, en todo caso, se tratara de algo que sólo afecta a los homosexuales y que nadie más debería tener algo que decir al respecto: si ellos quieren, ¿por qué no?

Vayamos por partes. La democracia debe respetar las libertades: pero una cosa son las libertades y otra distinta los derechos subjetivos: yo soy libre para obtener el permiso de conducir, pero no tengo derecho a pedirlo si no quiero o no puedo hacer el examen correspondiente. Esto no es un límite a la libertad de algunos ciudadanos, sino garantizar la sustancia de la libertad de todos los demás (la seguridad vial), definiendo lo esencial de ese derecho. Tampoco se trata de una invasión del ámbito moral por parte del Estado, de una interferencia de unos en la vida privada de otros: son los homosexuales, al plantear esta cuestión, quienes pretenden para una conducta suya privada (de tipo sexual) un reconocimiento público, un trato de privilegio económico (pagado por los demás) y una equiparación jurídica. Este régimen de privilegio ¿no vulneraría el principio constitucional de igualdad respecto a otras uniones de convivencia privada con objetivos solidarios –tres primos, abuela y dos nietos, varios amigos-, por discriminación en función del uso privado del sexo? El matrimonio no tiene privilegios: lo que recibe es un trato por parte del Estado que corresponde al bien común que constituye. En efecto, una familia con padre, madre e hijos (y demás parientes), con un compromiso de estabilidad y un parentesco de origen (de consanguinidad) entre ellos, aporta a la sociedad un ámbito de recepción adecuada de los nuevos ciudadanos, una seguridad de cuidado y atención, una protección del parentesco mismo, que contribuye a estructurar la sociedad y a dar raíces a sus bases.

Tampoco es una cuestión religiosa lo que se discute aquí directamente. Se trata de si una conducta personal o costumbre privada de uso sexual tiene que ver de por sí con el bien común, con la autoridad pública, con lo que se entiende comúnmente por matrimonio. Por eso, no se trata de intolerancia con los usos personales de otros; al revés, se trata de que sigan siendo lo que son: usos y personales.

Detrás de las palabras acusadoras que hemos comentado al inicio, dichas desde una pretendida condición de víctima, curiosamente lo que se da en realidad es un ataque frontal al matrimonio. El uso de las palabras hace todo confuso: pero lo que peligra de verdad no es la libertad de algunos que son homosexuales, sino el matrimonio de todos los heterosexuales. Porque lo que se pretende no es no ser castigados por su conducta –no lo son ni lo han sido en el último cuarto de siglo- sino cambiar el concepto mismo del matrimonio y de la familia. Por eso es un tema que afecta a todos y a la sociedad misma. Por eso la agresión viene de esta propuesta. Es una verdadera paradoja que ese colectivo insista tanto en ‘respetar la diferencia de orientación sexual’ y a la vez pretenda que su unión es idéntica a la del matrimonio. No es idéntica y todos lo sabemos. Lo que se busca al final es sustituir la institución del matrimonio y la familia por otra distinta: pero en el fondo pertenece al sentido común reconocer que la complementariedad de la mujer y el varón es particular (si no, por qué dos seres distintos), que la conyugalidad no es una simple suma de sexo y afectos, y que la familia no es un simple agregado de individuos que habitan juntos.

No son cuestiones de nombres, de palabras: es cuestión de diferencias verdaderas en la vida real. Por eso no es injusto tratar diferentemente a lo distinto: a lo privado, como privado; a lo sexual, como sexual; a lo que pertenece al bien común, como a algo de ámbito público. Cuando no se distingue, se confunde. De ahí otra paradoja actual: se reclaman los efectos del matrimonio para las uniones de hecho (como si hubiera conyugalidad) y se quiere imponer a la vez a todos los matrimonios los defectos de las uniones de hecho (aumentando la fragilidad de su estabilidad a base de facilitar cada vez más la posibilidad de ruptura).

No. No son víctimas, porque nadie les persigue. Hay un número de ciudadanos que hablan de libertades, derechos y discriminaciones y a la vez son ellos quienes pretenden atentar contra el matrimonio, quienes se han propuesto “luchar por el matrimonio del mismo sexo y sus beneficios y, entonces, una vez garantizado, redefinir la institución del matrimonio completamente, (...) alterar radicalmente una institución arcaica (...). La acción más subversiva que pueden emprender los gays y las lesbianas (...) es transformar por completo la noción de familia”. Lo que transcribo entre comillas no son palabras de acusación gratuita de un fanático que ve enemigos por todas partes: es la declaración de intenciones formulada por un conocido activista homosexual, hace ya diez años. En agosto de 2003, el punto de mira no había cambiado. Un compañero del mismo colectivo insistía: “Ser homosexual es más que poner casa, dormir con una persona del mismo sexo y buscar la aprobación del Estado sobre esto... Ser homosexual significa dar un empujón a los parámetros del sexo, la sexualidad y la familia; y, en este proceso, transformar la misma ‘fábrica’ de la sociedad... Debemos mantener nuestra mirada en los objetivos de suministrar verdaderas alternativas al matrimonio y reordenar radicalmente la visión de la realidad que tiene la sociedad”. ¿Por qué esa fobia al matrimonio heterosexual? ¿Se nos permite, al menos, defenderlo?




Tuesday, December 05, 2006

 

El desorbitado precio de la vivienda reduce la natalidad

El Instituto Nacional de Estadística, en un libro que recoge los cambios económicos registrados por la sociedad española desde 1978, alerta de que el encarecimiento de los inmuebles fuerza un notable endeudamiento de las generaciones en edades de emancipación, y a su vez, conlleva un retraso en las edades a las que se contrae matrimonio y su efecto negativo sobre la fecundidad.






El desorbitado precio de la vivienda está acarreando no pocos problemas a la sociedad española, incluida su negativa incidencia en la natalidad.

Así lo ha denunciado el Instituto Nacional de Estadística, que atribuye a la carestía de la vivienda el retraso que constata en la edad en la que se contrae matrimonio, lo que influye en la consiguiente menor natalidad. Según cifras del INE, en 1975 el número de hijos por mujer era de 2,8 y ahora apenas llega a 1,3, a pesar del ligero repunte que en los últimos años ha registrado la tasa de natalidad, aupada por el creciente número de hijos de emigrantes. Aún así no llega al 2,1, tasa considerada mínima para mantener el reemplazo generacional.

Ni los bajos tipos de interés, ni el alargamiento de los plazos en las hipotecas permiten a muchos jóvenes poder comprar una vivienda, con el consiguiente retraso en su emancipación y en la edad de contraer matrimonio y, como consecuencia, provoca una caída adicional en la ya baja natalidad española.

Es necesario acordar políticas de vivienda efectivas que posibiliten el acceso, especialmente a los jóvenes. Entre estas medidas están el abaratamiento del suelo, la financiación de los Ayuntamientos por vías alternativas al gravamen abusivo y permanente de la vivienda, políticas que favorezcan el alquiler, y otras muchas que pongan freno a unos precios que distorsionan gravemente la sociedad española. Incluida la natalidad.

(artículo en El Correo, 3.12.03).





Sunday, December 03, 2006

 

BRAVAL, cohesión social en un barrio multicultural

BRAVAL


Noticia sobre el centro de actividades que ha impulsado la ONG Iniciatives de Solidaritat i Promoció, dirigida a los jóvenes del Raval, un barrio de la parte vieja de Barcelona, en donde se acumulan los inmigrantes.

Sus objetivos son promover la cohesión social, luchar contra la marginación y favorecer la incorporación de los inmigrantes a la sociedad de acogida: entre otras cosas, mediante su inserción en el mercado laboral.





Está financiada por la Fundacion Raval Solidari, constituida con ocasión del centenario de San Josemaría Escrivá de Balaguer.


El Raval de Barcelona

El Raval, un barrio antiguo situado en el centro de Barcelona, ha sido la puerta de entrada de gran parte de los miles de inmigrantes que han llegado a la ciudad en los últimos años. Su población es de unas 42.000 personas, de las que algo más de una tercera parte son extranjeros de nacimiento o de origen. Aquí conviven gentes de muy diferentes nacionalidades que deben afrontar carencias de todo tipo y de que de hecho están generando nuevos guetos. Uno de los muchos problemas del Raval es el del desempleo, que registra en estos ambientes cifras muy elevadas y que no hace sino alimentar la marginación.

Entidades públicas y privadas trabajan para mejorar las condiciones de vida del barrio, que ya antes la actual oleada de inmigrantes había sido un foco de marginación y delincuencia famoso. Su rehabilitación empezó por la reordenación del territorio: se derribaron casas y manzanas enteras, se construyeron calles, plazas y avenidas ... Pero las inversiones urbanísticas no son suficientes. Para regenerar el barrio se necesita una atención personal que llegue a la raíz de los problemas de sus habitantes.

Rafa Peró, uno de los responsables de Braval, es consciente del “ambiente hostil” que rodea a los niños inmigrantes del Raval. El reto es ayudarles a que lleguen a ser personas “con valores verdaderos, es decir, no los que por desgracia se ven en la calle”, afirma.


Chicos de todo el mundo

Chavi, un joven filipino, asegura que en Braval “se te trata por lo que eres”. No se hacen distinciones entre los que frecuentan el centro, por lo que no es de extrañar encontrar a gente muy diferente compartiendo estudio, juegos e ilusiones. Porque en Braval hay ilusión. Víctor, un peruano de 12 años, quiere ser mecánico o doctor, mientras que Youssef, un marroquí de 13, quiere jugar con la selección de su país, al que sueña con volver cada verano.

Jorge, también de 13 años, es un dominicano que sabe que las calles del Raval pueden ser peligrosos para los chicos de su edad. “Yo no me ‘ajunto’ con los que están en la calle porque me puedo meter en líos. Yo no soy de esa gente que les gusta meterse en problemas”. Hace un año, se apuntó al equipo de fútbol de Braval, donde juega con algunos de sus amigos. Se ha marcado un objetivo ambicioso: “llegar a jugar en el Español”, uno de los equipos de primera división con que cuenta Barcelona. Sabe que es una meta difícil y que quizá no lo alcance, pero en cualquier caso tiene muy claro cuáles son, por encima de ese objetivo, sus prioridades en la vida: “quiero ser una buena persona, con estudios y con trabajo”.

En el primer año de funcionamiento, han participado en los programas de Braval cerca de 200 chicos de veinte países diferentes. El centro está abierto a todo el barrio, con independencia de la procedencia o el credo de cada uno, aunque se procura hacer especial incidencia en el colectivo de reciente inmigración, y de hecho el 70% de los chavales que acuden a las actividades son hijos de inmigrantes.


Algunos datos del barrio del Raval



Programa deportivo multiétnico

En atención a la importancia que tiene el deporte para favorecer la cohesión social, Braval comenzó sus actividades con el programa deportivo multiétnico. Participan conjuntamente jugadores procedentes de diferentes países y etnias, que compiten en los campeonatos escolares de fútbol, fútbol sala y baloncesto. Para desarrollar este programa se contó desde el primer momento con la colaboración de la Escuela Deportiva Brafa.

El deporte aúna voluntades, crea amistades y enseña a vivir de una forma sana. Y además ayuda a que los más jóvenes participen luego en los programas socioeducativos de Braval. De esta manera se incide directamente en su estudio y se les facilita su inserción en el mercado laboral.



Programa 1 @ 1

Este programa se propone motivar a los menores de 16 años en sus estudios. Transmite una visión positiva del trabajo, junto con afanes de superación y de servicio, y por medio de la colaboración de voluntarios se les ayuda, a cada uno individualmente, a superar la enseñanza secundaria obligatoria (ESO). Al mismo tiempo, el afecto y la comprensión que reciben por parte de los voluntarios facilita la comunicación de hábitos y comportamientos propios de la sociedad a la que se han incorporado.




Programa de verano

Este programa de un mes de duración, combina aspectos culturales y deportivos con excursiones y actividades que ayudan a promover la convivencia entre los participantes y permiten conocer mejor el país.



Programa ocupacional

Dirigido a jóvenes mayores de 16 años que no han superado la ESO. Se les ofrece una formación profesional básica para incorporarse al mundo laboral o para poder proseguir sus estudios. Como dice Josep Masabeu, director de Braval, “aquí la labor de voluntario es fundamental, ya que acompaña y realiza una tarea de seguimiento para que realmente el alumno acabe el curso y se produzca con efectividad su inserción laboral”.



Programa Trinitat Vella

Braval tomó la iniciativa de organizar un torneo con los reclusos de la prisión de jóvenes de Barcelona. Tienen entre 18 y 25 años, y entre ellos hay un alto porcentaje de extranjeros. Los voluntarios de Braval son adultos que provienen de una docena de países y que han formado sus propios equipos, con los que acuden a jugar dentro de la prisión.

En un número reciente de la revista del centro penitenciario de jóvenes se lee: “Amigos de Braval, desde el C.P. Joves os agradecemos vuestra inestimable colaboración y os animamos a que nos sigáis ofreciendo el espejo donde mirarnos para alcanzar los objetivos socializadores que nos hemos propuesto” (Revista “A tu grundi”, núm 5, noviembre-enero 2001-02) .


El voluntariado

Todos los programa de Braval están dirigidos por profesionales de la pedagogía y sostenidos por voluntarios: actualmente son más de 60, la mayoría universitarios, aunque los hay de todas las edades, procedencias sociales, opiniones y creencias. Ponen su experiencia y sus aptitudes al servicio de los demás, cada uno en la medida de sus posibilidades e intereses. Su ejemplo los ha convertido ya, de hecho, en un referente muy positivo para los jóvenes del barrio.

Los voluntarios saben que Braval nace muy unido a la celebración del centenario de San Josemaría Escrivá. En su labor tienen presente que, como decía el Fundador del Opus Dei, cada cristiano ha de “ser uno más entre sus hermanos los hombres, de cuya vida participa, con quienes se alegra, con los que colabora, amando el mundo y todas las cosas buenas que hay en el mundo, utilizando todas las cosas creadas para resolver los problemas de la vida humana, y para establecer el ambiente espiritual y material que facilita el desarrollo de las personas y de las comunidades” (Conversaciones con Mons. Escrivá de Balaguer, 110).

Algunos voluntarios han sido antes beneficiarios de los programas de Braval, como Hans Magno, filipino. Hay chicos que quieren voluntarios en el futuro, como Rashid, que afirma que desea “ir a la universidad y, además, ser voluntario de Braval”. Rashid es musulmán. Nació en Damasco, aunque su familia proviene de Islamabad (Pakistán). “Nos trasladamos a España hace cinco años y ahora mi padre regenta una tienda de ultramarinos en el Raval”. Hace más de un año empezó a asistir a las actividades de Braval. “A mi Braval me encanta. Me ayuda un montón. Tengo un sitio donde hacer los deberes y donde encontrar buenos amigos”. No le importa de qué nacionalidad sean. Es y se considera de totalmente de aquí.



Inauguración del nuevo local

Más de 200 personas, la mayor parte familias del barrio, asistieron el pasado 5 de junio al acto de presentación de las actividades de Braval. El Presidente de la Generalitat de Catalunya, Jordi Pujol, señaló que “la integración se hace mucho más fácilmente a partir del momento en que la persona que viene a Cataluña tiene un poco de formación y de trabajo, y esto es lo que se propone esta ONG”. El Cardenal Arzobispo de Barcelona, Ricard María Carles, bendijo los nuevos locales.

También intervino en el acto Hans, que explicó su doble experiencia: primero como persona ayudada y después como voluntario que ayuda a los demás. Acabó diciendo: “Animo a todo el mundo a que haga de voluntario. Todos son necesarios. Todos tienen cosas que aportar. Nunca es tarde para empezar; cualquier edad sirve, cualquier mañana, o tarde, o noche es buena. ¡Esta tarde mismo podéis empezar!. Las madres de los participantes prepararon una merienda que permitió a los asistentes al acto degustar especialidades culinarias de culturas muy variadas.



Diversidad y respeto

En Braval hay clases de formación, y los chicos que lo desean reciben educación cristiana, siempre con un gran respeto a la diversidad religiosa. “No te preguntan de qué partido eres –afirma Rashid- o cuál es tu religión, sino que te ayudan. No te dicen lo que tienes que creer, eso es sagrado”.

Josep Masabeu afirma que “es importante compartir un modelo de civilización, una concepción básica de la persona, y respetar los deberes y derechos que conforman la convivencia. Esto es lo que proponemos a los jóvenes con el ejemplo y dedicación de los voluntarios, a través de nuestras actividades.

Braval nació para dar soluciones concretas a problemas reales. A las cifras preocupantes del barrio opone datos esperanzadores. Porque en el Raval viven personas con problemas y necesidades inmediatas, pero también con ilusiones y esperanzas, y en muchos casos con deseos de contribuir a cohesionar la sociedad en la que viven. Para ello muestran el valor positivo de la diversidad cultural y el afán de superar las desigualdades y la discriminación que originan las migraciones. Y es que en Braval también aprenden los que enseñan.



Texto: Eugeni Xalabarder
Dirección: Cera 51, 08001 Barcelona.
Tfno. 93 / 443 39 04
Mail
braval@braval.org
Web:
http://www.braval.org/





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